jueves, 27 de octubre de 2011

Fragmentos de Reorientación del punto de vista respecto al estudio de la anatomía del Dr. Mungo Douglas (1937)


En los últimos treinta años dos importantes descubrimientos han lle­vado a una posición ventajosa desde la que se puede revisar la anatomía. 

En primer lugar, el fallecido Rudolf Magnus, de Utrecht, reveló que el uso de la cabeza y el cuello en relación con el torso condicionaba usos por todo el cuerpo. La descripción anatómica sería ésta: en su funciona­miento, unos grupos de músculos ajustan la relación de unas partes con otras y hacen un trabajo que, de hecho, es de enlace en una cadena sin la cual se supone que una acción específica en una parte más remota no podría ocurrir.

En segundo lugar, y más importante que Magnus, F. Matthias Alexander, de Londres, estudiando cómo se usaban hombres y mujeres vivos, observó que, aunque todos los seres humanos están provistos de los mismos mecanismos, divisibles en elementos anatómicos, estos elemen­tos en acción mostraban diversidad de organizaciones como elementos y como medios para producir edificaciones humanas de desconcertante variedad. La observación no era de semejantes que variaban en magni­tud, lo que sería de aceptable y de esperar, sino de semejantes dirigidos anárquicamente hacia una total desemejanza.
De sus estudios, Alexander extrajo ciertas conclusiones que, anatómi­camente, pueden ser descritas así: había ciertas funciones que no se po­dían considerar tarea de ciertos grupos de músculos aunque algunos seres humanos los utilizaran para ellas, porque, en primer lugar, este uso resul­taba en un daño obvio de parte o de todo el mecanismo y, en segundo lugar, las funciones en las partes más remotas se veían entorpecidas o de­tenidas.
Siguiendo adelante descubrió que usando la función del sistema ner­vioso central llamada inhibición, ciertos usos de grupos musculares po­dían ser detenidos, mientras que el resto de usos de estos grupos podían ser utilizados para producir movimientos parciales sobre las articulacio­nes y para mantener la relación de unas partes con otras con menor fric­ción.
 Básicamente, descubrió que estos usos de grupos de músculos que se encuentran en la parte del cuello posterior a la columna eran los que se debían inhibir en primer lugar para que fuera posible permitir a todos los grupos de músculos que realizaran movimientos parciales sobre las ar­ticulaciones y para mantener la relación de unas partes con otras con menor fricción.

Mirando la anatomía a la luz de estos descubrimientos se ve que la función de los músculos es doble, es decir, mover partes sobre las articu­laciones y dirigir la relación entre partes...
Básicamente, se hace esencial que la anatomía reconozca que la fun­ción relacionadora de los músculos es la función primaria de los múscu­los y que los movimientos de partes sobre partes son secundarios.
En segundo lugar, debe ser reconocido que la primera relación sobre la que dependen posteriores relaciones es la relación que establece el pe­queño grupo de músculos que comprende el sistema atlas-occipital, axis­occipital y atlas-axis.

La extraordinaria importancia de esta función relacionadora de los músculos no puede comprenderse por la simple descripción de su existencia. No reconocer la idea conlleva una gran responsabilidad porque implica abordar toda empresa humana con tan sólo un conocimiento imperfecto de los medios fisiológicos.


Traducción realizada por Eduardo Tilve
La Constante Universal de la vida de FM Alexander