El tiempo no es nada. Sólo es un modus cogitandi (modo de pensar) del que nos servimos para expresar y formular el flujo de las cosas y de los acontecimientos. Lo mismo que el espacio no es más que un modo de caracterizar la existencia de un cuerpo. Cuando no sucede nada en el tiempo y no existe ningún cuerpo en el espacio, entonces no hay ni tiempo ni espacio. El tiempo es siempre (y exclusivamente) “cualificado” por los acontecimientos, como lo es el espacio por la extensión de los cuerpos.
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