4. Dando dirección - Aprendiendo a usar tus pensamientos para hacer un cambio.
Habiendo considerado el movimiento animal, uno se debe preguntar quien es el rey del bosque. Los seres humanos pueden usar sus mentes y comprometer sus pensamientos para cambiar sus movimientos. A diferencia de la mayoría de los animales, nosotros no tenemos que confiar en nuestro instinto para sobrevivir. Ciertamente usamos nuestro instinto, pero vamos más allá y usamos nuestro pensamiento para sobrevivir.
En el trabajo de Alexander, podemos direccionar nuestros pensamientos para movilizar el “control primario”. La conciencia de un hábito es el primer paso, seguido de la inhibición, pausando un momento para deshacer el hábito. Ahora el actor puede realizar un proceso de pensamiento constructivo y elegir redireccionar su cuerpo. El actor debe usar sus pensamientos para dirigir su cuello para ser liberado; para soltar su cabeza en una dirección adelante y arriba; para permitir a su cuerpo una dirección hacia arriba. Este proceso de pensamiento o técnica, le permite al actor descomprimir y liberar la presión hacia abajo, de su cuerpo. La calidad de movimiento cambiará y alivianará, mientras el actor libere la tensión y compresión en su actividad. Alexander describió la habilidad de los seres humanos de aplicar sus pensamientos para redireccionar su cuerpo como un “control conciente y constructivo del uso de uno mismo”.
Una vez que el actor se vuelve conciente de sus patrones habituales y aprende a deshacer sus respuestas habituales a un estímulo y usa su pensamiento constructivo que permite el cambio, mejorará sus habilidades. Cualquier herramienta que le provea al actor con más opciones y elecciones, mejorará y animará la actuación. Los actores aman tomar riesgos emocionales y físicos, pero necesitan sentir que están bajo control de su mente y cuerpo para llegar al límite, noche tras noche.
No hay nada absoluto en el proceso de aprendizaje de Alexander; es una premisa de vida de la auto-observación y experimentación aplicada. La belleza de la Técnica Alexander es que puedes llevarla al aprendizaje de cualquier nueva habilidad o técnica que involucre la coordinación. No importa en que forma retorcida o altamente emocional se encuentre el actor, el se ayudará pensando en liberar su cuello en la articulación occipital para llamar al control primario. Es una orden mental, un pensamiento secuencial, y el pensamiento es: permitirle al cuello ser libre, permitirle a la cabeza que se afloje hacia adelante y arriba, para permitirle a la espalda ser larga y ancha. Este proceso de secuenciamiento mental, una vez experimentado y entendido, puede instantáneamente afectar una calidad de movimiento más libre.
La dirección arriba puede aplicarse a cualquier movimiento o posición y forma que nosotros podamos encontrar en nosotros mismos. Si estoy empujando, sacándome mis botas de invierno y tambaleando sobre una pierna, la dirección “arriba” me ayudara a elevar la articulación de mi cadera y a soltar mi inclinado torso hacia arriba, mejorando mi equilibrio y control. Pensar “arriba” puede ayudar si, por ejemplo, te estás inclinando para sacar algo de tu auto, o cuando estas estirándote y alcanzando tu cartera. La noción hacia arriba, puede ayudarte a abrir y expandir con una sensación de volumen de todo el cuerpo y sus partes. (....)
El entrenamiento de un actor y las demandas de la profesión están constantemente cambiando. Un actor necesita herramientas para pensar constructivamente, mientras enfrenta la gran gama de desafíos físicos que surgen en el repertorio de la literatura dramática.
Kelly McEvenue - Traducción Guido Bonacossa y Cecilia Elías
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